La Fundación Cultural Marciana y Rodolfo Puertas tiene su sede en un edificio cedido por el Ayuntamiento de La Roda. La edificación consta de una sola planta y a lo largo de su historia ha tenido diversos usos; Sede de Cruz Roja, emisora municipal, Escuela Taller y taller de empleo. Es el edificio del “Portazgo” y su nombre se debe a su misión que en antaño tuvo. También es conocido por “el pozo del agua”, por la torreta que se encuentra justo al lado y que en tiempos fue depósito de agua.
A la Fundación quijotesca se le cede, en principio, el salón de actos de la antigua escuela taller. En él todavía se encontraban vestigios de lo que fue, sillas y mesas ocupaban el espacio. La habilitación del mismo hubo de hacerse con rapidez debido al volumen de la colección. Se retiraron los sillones y se acomodaron los libros en estanterías provisionales y cajas para que no sufrieran deterioro alguno.
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Después de un tiempo se empezaron las obras de acondicionamiento. Se creo un acceso directo desde un aula adyacente y que ahora se ha convertido en despacho. Se instaló el aire acondicionado y calefacción, nuevas puertas y todo lo necesario para empezar a trabajar.
Los libros seguían depositados hasta que se consolidaron los espacios y se instalaron las estanterías que pueden verse hoy. Estas son de madera y estantes metálicos donde los libros se ubican en condiciones adecuadas. Así se ha ido consiguiendo un espacio óptimo para albergar esta importantísima colección cervantista.
Este edificio se ha convertido en la sede del Centro Cervantino de La Roda. Su situación privilegiada, a la entrada de nuestra localidad, junto a la plaza de toros, hacen posible un fácil acceso facilitando su visita.
Les invitamos desde aquí a un paseo por nuestra bella localidad tomando como punto de partida este lugar donde se alberga el gran tesoro que ha reunido durante toda su vida un generoso rodense, gracias a él, hoy podemos contemplar esos libros que guardan las aventuras de nuestro manchego más universal y su inseparable escudero. Esto hace más patente, si cabe, el orgullo de ser manchegos, paisanos del caballero andante cuyas hazañas han sido traducidas a casi todas las lenguas que el ser humano es capaz de hablar.
Podemos afirmar que somos guardianes de millones de letras salidas de la pluma del genial Cervantes, encerradas en miles de libros que esperan ser hojeados para poner en marcha la maquinaria de las andanzas del ingenioso hidalgo, de sus valores universales de justicia, libertad, solidaridad…
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